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Retro Crítica: "El Ilusionista"

Por Antonio Capurro

Publicado: 2014-04-18

No estuvo nominada más que a un premio de la Academia y quizá no le prestaron mucha atención, pero El Ilusionista (Neil Burger, 2006) es una muy interesante y bien lograda película independiente que me sorprendió bastante. El filme nos conduce a la historia del mago Einsenheim, quien se dedica al arte de las ilusiones en la Viena de 1900.

Y poco a poco el guion va hilvanando la trama haciendonos conocer primero a Eisenheim niño y su encuentro con un viejo mago que le trasmitirá el gusto por la magia para luego desaparecer como vino: de la nada. Luego asistiremos a su interrumpido romance con la princesa Sophie, cuya relacion será quebrada cuando los alejen debido a su abismal diferencia de clases. Pronto el drama del pasado resurge cuando Einsenheim adulto y convertido en un mago existoso encuentre a la bella Sophie dispuesta a revivir el amor allí donde se quedó. Pero ambos tienen un gran escollo, pues ella es nada menos que la prometida del despóta aspirante al trono austríaco, el príncipe Leopold. La situacion se complica cuando el cretino principe mande investigar a Einsenheim con el firme proposito de desenmascar lo que él cree es tan solo un truco. Y entra en acción el detective Uhlm para seguirle la pista al que ellos creen es un fraude. Lo que ellos no saben es que el ilusionista tiene a la gente metida al bolsillo debido a su carisma y sus alucinantes actos de magia.

Es así como la cinta nos sumerge en el mundo de Einsenheim y poco a poco queremos saber mas de ese enigmático ser y sus motivaciones. Entonces la película se convierte a ratos en minimalista porque cuando no somos partícipes de prolijos dialogos a veces basta la mirada y el gesto de los personajes para darnos cuenta de lo que piensan y sienten. Nos encontramos con momentos intensos y plenos de gran cine cuando vemos a un soberbio Edward Norton, uno de los mejores actores del cine americano, sobre las tablas del teatro, listo a concentrarse en sus actos de predigistación y a entregar otro de sus espectaculos a los que la gente del pueblo asiste religiosamente. Uno a uno los pequeños detalles ayudarán a explicar las falsas verdades y nos daremos cuenta que lo que percibíamos como magia era un truco y lo que puede ser un truco es real.

Encontramos a Edward Norton, Paul Giamatti y Rufus Sewell, jugando cada uno en su rol de forma extraordinaria, sobrios y medidos enfrentando un efectivo y coherente guión que articula cada pieza con la precisión de un reloj suizo. Y la puesta en escena no descuida ningún detalle, cada cosa encaja casi a la perfección desde la fotografia trabajada en sepia para darle un tono antiguo o nostálgico y ese romanticismo literario que se advierte en el tratamiento de las imágenes donde prevalece mucho el uso de los primeros planos. La historia se maneja ecuánime y limpia, ninguno de los personajes traiciona sus objetivos y en todo momento la narración se mantiene equilibrada.

Neil Burger, el director, le imprime a su segunda película un carácter fuerte pero apacible a la vez, no hay necesidad de empujar a los personajes a decisiones no fundamentadas o inverosímiles, ellos cumplen y dan la cara hasta llegar a su derrotero final. El cambio de perspectiva es fascinante y el guionista nos engaña deliciosamente al colocar a Einsenheim como el falso héroe cuando el inspector Uhlm, perseguidor y admirador al mismo tiempo del mago, cobre el protagonismo en su ardua lucha por la verdad. Por un momento creemos que ya nadie sabe para quien trabaja y la butaca se nos mueve cuando creemos que ya todo estaba dicho. Sin embargo, toda ese aparente desconcierto nos hace volver al inicio de la trama y a descubrir que las cosas en El Ilusionista radican una vez más en lo simbólico y lo mítico.

Filme digno y sencillo pero rico en cinematografía, El Ilusionista es una película sobria y original, una obra llena de lirismo y encanto que nos inquieta y fascina.


Escrito por

Antonio Capurro

Comunicador, periodista, un poeta buscando palabras, emociones y sentimientos, un amante del arte.


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ArteyPalabras

Comunicador, periodista, amante del cine y el teatro, aficionado de la fotografía, apasionado de la vida, poeta de los días y las noches.